martes, 30 de junio de 2009

Martín de Riquer: Una novela alegre y triste


Si el Quijote fuese tan sólo una sátira y parodia de los libros de caballerías, no pasaría de ser una obra de circunstancias, cuyo interés y éxito hubieran caducado en cuanto los libros de caballerías dejaron de publicarse y leerse. Lo extraordinario es que el Quijote ha sido y es leído por millones de personas en todo el mundo que no saben ni siquiera el tipo de literatura que representaron los libros de caballerías, lo que manifiesta la genialidad de un escritor que, partiendo de una circunstancia pasajera, nos legó uno de los libros más humanos que jamás se han escrito. Don Quijote, loco y disparatado, se adueña muy pronto de nosotros y nos avasalla con su simpatía, su nobleza y su bondad, de tal manera que lo que acabamos viendo en él no es a un pobre chiflado sino a un hombre honrado e íntegro empeñado en ver lo hermoso y lo ideal tras la maldad y la fealdad.
Los contemporáneos de Cervantes advirtieron con claridad que el Quijote era ante todo un libro de entretenimiento. Sin embargo, conviene recordar que el Quijote contiene excelentes lecciones morales tanto para los fantasiosos como para los materialistas, y que desde el Romanticismo empezó a identificarse un poso de tristeza en el fondo de la novela. Y es que los fracasos del hidalgo manchego, sus choques con la realidad e incluso las palizas que recibe, que hasta entonces provocaban la risa, empezaron a suscitar pena y compasión, pues tales reveses parecían un símbolo de cómo la verdad, la honradez y la bondad se ven humilladas y escarnecidas en nuestro mundo. Esta concepción del Quijote, que ha llegado hasta nosotros y de la que el lector moderno no consigue despegarse, convierte la novela en una obra agridulce, hasta tal punto que podríamos afirmar que quien no se ríe leyendo el Quijote lo entiende tan poco como quien no se entristece al leer las desventuras de su protagonista.

miércoles, 24 de junio de 2009

Don Quijote y Sancho: protagonismo dual de la novela

Dibujo de Juan Pastor, junio 09


El protagonismo dual es una característica de las novelas cervantinas. En esta obra don Quijote y Sancho desempeñan esta función.
Un acierto de Cervantes fue el haber elegido como protagonista del Quijote a un personaje enloquecido por la lectura de libros de caballerías, pero cuya perturbación sólo impide el lúcido funcionamiento de su cabeza en lo concerniente a dicho tema.
Don Quijote protagoniza el ideal de restaurar en su época la caballería andante. A esta quimera caballeresca adecua todos y cada uno de los elementos de la realidad, transformándolos de acuerdo con su código de caballero andante. Para ello acude con frecuencia a los encantadores, salvo que la realidad ya se le muestre transformada por los demás, como ocurre en casi toda la segunda parte. Su formidable voluntarismo se mantiene firme hasta la segunda parte, pero entra en decadencia a partir de su descenso a la cueva de Montesinos (II,23), se expresa en la afirmación de su desfallecimiento al final de la aventura del barco encantado (II,29) y acaba en completa bancarrota espiritual cuando propone a Sancho el innoble trato de creerle lo que éste dice del vuelo de Clavileño (II,41) a condición de que Sancho le crea a él lo de la cueva de Montesinos...
Si don Quijote es sujeto de un proceso que le va llevando a la caída de su ficción caballeresca y acercándole cada vez más a la realidad y a la figura de Sancho, el personaje de Sancho Panza experimenta el fenómeno contrario, y complementario, al de su amo. (Proceso que Madariaga llamó quijotización de Sancho y sanchificación de don Quijote).
El escudero actúa de acuerdo con el sentido común y ve la realidad tal como es, y así se lo repite constantemente a su amo. Poco a poco va tomando cariño a don Quijote y se enorgullece de serle fiel. Su quijotización empieza a manifestarse ya en la primera parte (conducta en la batalla de su amo con los cueros de vino, I,35). Esta quijotización de Sancho se consuma en la segunda parte de la novela : encantamiento de Dulcinea (II, 10); vuelo de Clavileño (II,41); en su actuación como gobernador de Barataria etc, e incluso en su empeño en alentar al mismo don Quijote, en el lecho de muerte, a que ambos se dediquen a la vida pastoril.


martes, 16 de junio de 2009

Modo narrativo: juego de autores y narradores

El artificio narrativo en que se sustenta la construcción del Quijote es extraordinariamente complejo.
En los primeros capítulos, del 1 al 8, el Quijote es ya, en palabras de Torrente Ballester, un cuento de un cuento, pues el "autor"aparece como un investigador que recoge datos sobre la historia de don Quijote en autores y archivos de La Mancha. Ya en I, 8 se descubre la existencia de dos "autores", en la referencia al "segundo autor desta obra".
El artificio narrativo se complica en el capítulo 9: Cervantes ensaya el procedimiento del manuscrito encontrado, inventa un historiador moro al que atribuye la autoría de la obra, un traductor que la vierte al castellano y se sitúa él mismo- mejor dicho, su figura también ficcionalizada- como "segundo autor", que mediante un narrador omnisciente en grado sumo, entrega dicha historia a los lectores.
La técnica del manuscrito encontrado, además de ser parodia del mismo recurso empleado en los libros de caballerías- su autoría era atribuida a encantadores de la antigüedad- y de dar mayor ilusión de verdad a los hechos de don Quijote, es manejada como procedimiento del que se derivan hallazgos importantes:
a) El historiador moro Cide Hamete Benengeli es el primer "autor" del Quijote.
b) El morisco aljamiado es su primer traductor (del árabe al castellano).
c) Cervantes, ficcionalizado también en la obra, resulta ser así el segundo autor, el cual, por medio del narrador, entrega a los lectores una historia acerca de la cual puede comentar y opinar cuanto le parezca oportuno.
d) Los primeros lectores también quedan ficcionalizados en la segunda parte, pues algunos personajes de ella ya han leído la primera parte.
e) La omniscencia y la libertad del narrador son inmensas, porque conoce de antemano toda la historia por la lectura de su traducción.

En este juego de autores y narradores, en el que se combinan la historia de Cide Hamete, la traducción del morisco, los comentarios del autor implícito y las intervenciones del narrador, además del punto de vista de este o aquel personaje, la inmensa libertad creadora preside todo el proceso y está indisolublemente ligada al complejo perspectivismo múltiple: ¿quién garantiza la verdad de lo escrito por el historiador moro, siendo él verdadero como historiador y mentiroso como árabe? ¿Quién garantiza la fidelidad de la traducción del morisco?
El juego de autor moro, traductor morisco y narrador cristiano hace posible cualquier perspectiva imprevista. Por eso abundan los comentarios que el "autor segundo" prodiga sobre Cide Hamete, las anotaciones del traductor, las advertencias de Cide Hamete e incluso las quejas que el autor moro expresa acerca de la traducción.

lunes, 15 de junio de 2009

Paisajes de La Mancha

Paisajes de La Mancha on PhotoPeach

miércoles, 10 de junio de 2009

Las andanzas de don Quijote: Itinerario impreciso

A diferencia de los libros de caballerías, localizados en lugares exóticos o imaginarios, las andanzas de don Quijote transcurren en una geografía real y cercana, La Mancha.
Pero, en El Quijote se narran tres salidas cuya deliberada imprecisión geográfica imposibilita la delimitación objetiva del itinerario seguido. Casi nada puede saberse con certeza, ni el lugar manchego de donde parte don Quijote, ni en enclave de la venta donde es armado caballero, ni el de la venta de Juan Palomeque, ni el pueblo del Caballero del Verde Gabán, ni el lugar de las bodas de Camacho, etc. Tan sólo podemos estar seguros de algunas referencias explícitas, como las del Campo de Montiel, Puerto Lápice, El Toboso, Sierra Morena, el río Guadiana, el Ebro, Barcelona y poco más.
En suma, un itinerario deliberadamente inconcreto. Un espacio manchego, con el añadido de Barcelona, que no se describe directamente y que, sin embargo, produce una extraordinaria ilusión de realidad, tanto en sus paisajes como en sus gentes.
Conviene también destacar, siguiendo a Moreno Báez, la simetría perfecta en la ordenación de los núcleos espaciales de ambas partes de la novela. La primera tiene como centro la venta de Juan Palomeque: por ella pasan don Quijote y Sancho, de ella parten hacia Sierra Morena- el lugar más alejado -, por ella pasan el cura y el barbero, y en ella se detienen todos en su regreso al punto de partida.
En la segunda parte esta función es desempeñada por el castillo de los duques: allí se detienen don Quijote y Sancho, de allí parten para Barcelona -el punto más alejado -, por allí pasa Sansón Carrasco a la ida y a la vuelta, y allí se vuelven a detener don Quijote y Sancho en su regreso definitivo.

domingo, 7 de junio de 2009

Vencidos: Poema de León Felipe.

Don Quijote en la poesía

En "Vencidos", poema de León Felipe, don Quijote se presenta como un símbolo del hombre de nobles ideales derrotado por la realidad. El conflicto entre los ideales o sueños del hombre y la realidad reaparece en muchas obras literarias: Luis Cernuda, por ejemplo, titula uno de sus libros La realidad y el deseo, para expresar este mismo conflicto; el poema de León Felipe expresa la solidaridad de un hombre derrotado con la figura de don Quijote.


Vencidos

Por la manchega llanura
se vuelve a ver la figura
de don Quijote pasar.
Va cargado de amargura,
va, vencido, el caballero de retorno a su lugar.
¡Cuántas veces, don Quijote, por esa misma llanura
en horas de desaliento así te miro pasar!
¡Y cuántas veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu lugar;
hazme un sitio en tu montura,
caballero derrotado,
hazme un sitio en tu montura,
que yo también voy cargado
de amargura
y no puedo batallar!


1- Explica y
comenta el plural del título.
2- ¿Qué hechos principales han producido la amargura de don Quijote?
3- El poeta quiere huir con don Quijote hacia un lugar de salvación. ¿Cuál es ese lugar?¿Puede tener algún sentido metafórico o simbólico?
4- A pesar de su derrota, León Felipe presenta a don Quijote como una figura redentora, que tiene capacidad para "salvar" al poeta. ¿Por qué?


jueves, 4 de junio de 2009

Escenas de don Quijote

Escenas de la obra D. Quijote de la Mancha on PhotoPeach

lunes, 1 de junio de 2009

¿Quién es?

  1. Cide Hamete Benengeli.
  2. El Caballero de la Triste Figura.
  3. Aldonza Lorenzo.
  4. Rocinante.
  5. Amadís de Gaula.
  6. Frestón.
  7. Grisóstomo.
  8. Maritornes.
  9. Cardenio.
  10. Micomicona.
  11. El Caballero del Bosque.
  12. El Caballero de los Espejos.
  13. Camacho.
  14. Merlín.
  15. Montesinos.
  16. Clavileño.
  17. Roque Guinart.
  18. Zoraida.
  19. Avellaneda.
  20. Sanchica.

Don Quijote de la Mancha

Este trabajo sobre la obra de Cervantes está pensado, sobre todo, para el nivel de 3º de ESO. Se pretende que después de leer la obra, los alumnos puedan responder unas cuestiones y, además, relacionar una serie de imágenes con episodios importantes del libro.
Se utilizará una edición de Clásicos Adaptados porque la versión original sería impensable por el número de horas semanales de la asignatura y por la dificultad que supondría para los alumnos al no poder orientarles todo lo necesario.
En un segundo apartado titulado ¿Quién es?, los alumnos tendrán que localizar a unos personajes y relacionarlos con los principales.